DENTRO DE MI CABEZA:
Como un día tan normal de mi vida, me deje llevar
por la rutina como casi la mayor parte de personas que conozco lo hace, con las
rabietas del trafico y la obligación de llegar temprano a mi destino, extendí
mi brazo para ver la hora en el reloj, para sumarle más a mi stress el reloj se
había detenido, acelere un poco más de lo normal esquivando uno, dos, tres,
vehículos en el momento, debo de decir que el oír el motor del vehiculo y el
tener el pie sobre el acelerador me da un cierto poder de control un tanto
adictivo, vi en el retrovisor del vehiculo como logre rebasar a esos autos,
puse una sonrisa irónica, sin percatarme que había algo enfrente de mí, ¡si! Un
bus que sin control alguno, venia en contra de la vía, no había terminado de
quitar la mirada del retrovisor cuando mi vista periférica logra captar el
color amarillo del bus, penetrando mi vehiculo como un cuchillo a la
mantequilla, escuche un canto divino o eso fue con lo que lo asocie, decía “mi
vida” “la vida” fue lo que logre entender, después de un inminente ¡bum!...
Realmente no se como describir, lo que viví a
continuación, pero hare un esfuerzo en darles el detalle de mi experiencia,
seguido del terrible estruendo, creo que mi percepción del tiempo no fue tan
clara, pero pude calcular que fueron como cinco minutos después del sonido del
accidente, que empecé a escuchar lo siguiente y a vivir esta insólita
experiencia…
Me despertó el sonido de una gotera incesante,
¡plic! ¡plic! ¡plic! Medio logre abrir un ojo seguido del otro, parpadee un par
de veces, me logre incorporar lentamente, el lugar era un tanto nublado, a
duras penas se lograba ver algunos rayitos de luz, una especie de humo me
rodeaba, siendo honesto sentí algo de miedo, baje la mirada hacia mis pies y me
di cuenta que estaba completamente desnudo, pero mi sorpresa no acaba por
completo allí, cuando quise hablar no podía, al parecer solo en mi mente podía hacer
esto, mi boca estaba totalmente sellada, era casi imposible de decir algo,
termine de ponerme de pie, tan solo logre ver algo de luz de tras de unos
riscos y fue lo que me motivo a
caminar por unas horas, no podía distinguir entre el día y la noche ya que era
muy poca la luz que lograban ver mis ojos, yo solo seguí mis pies, no tenia
idea de a donde me dirigía, mis brazos me pesaban, las piernas funcionaban como en automático, en si yo
no me fatigaba por tanto caminar, pero tampoco me sentía bien, al fin de tanto
caminar llegue a un lugar, donde solo escuchaba voces, ¡si! Voces que se
escuchaban preocupadas, estresadas, decían cosas como “ya voy tarde” “soy un
bueno para nada” “no me alcanza el dinero” “como desearía tenerlo todo”; yo
solo puse mis manos en mis oídos, ¡en donde! ¡estoy! Grite sin parar, no se
porque vine a parar a este lugar, ¡no lo se! Llorando me lo repetía, la voces
cesaron y me logre incorporar de nuevo, camine un poco más, así como buscando
algo, había una especie de riachuelo y
dije, debo de llegar a la fuente de esto, el agua se veía rara como
gris, pero no le puse tanta atención y seguí caminando contra la corriente,
veía como pasaban a mi par, objetos, raros, y al verlos detenidamente me di
cuenta que eran ¡cadáveres! Y en sus frentes llevaban inscripciones como “no
puedo agradecer” “no soy honesto” “no soy digno de nadie” “no soy capaz”,
temeroso seguí caminando y pensando que hay al final de este río, talvez hay
algo allí que me pueda ayudar a encontrar la salida de esto ¡ojala!, tome un
descanso, no por sentirme cansado si no porque me había aburrido de ver todos
esos cadáveres, me salí del río, camine un poco y me senté por allí, logre ver algunas cosas que se movían,
eran algo así como luciérnagas, sorprendido por las lucecitas que titilaban,
sin pensar algo dije, ¿qué son ustedes? ¿qué es esto? ¿en donde estoy? El
silencio contestaba a su manera, me di cuenta que era una tontería hablarle a
estas lucecitas, cuando pensaba que no había nada en este lugar desolado y
triste, me fije en una de ellas, creo que me quería indicar algo, con mi dedo
índice, seguía la estela de luz que dejaba esta diminuta luz, ¡huaa! No quitaba
mi cara de asombro, camine unos metros y logre observar una especie de jaula
con barrotes oxidados pero estaba entre mucha tierra, al fondo logre ver a una
persona, no lograba distinguir mucho, pero al ver a alguien más, no lo dude,
con mis manos empecé a quitar toda esa tierra que tenia la jaula ya que solo se
veía una parte de la misma, a como pude continúe excavando, al fondo este
personaje, le grite, ¡hey! ¡hey! Me escuchas, lo voy a sacar de allí,
despierte, levántese, le gritaba, del fondo escuche un leve quejido, esta vivo
dije, no se de donde saque tanta energía para excavar y no se también del porque
de mi interés por sacarlo..
EL ENCUENTRO
(los dos son uno pero se olvidaron de esto)
con unas piedras termine
de romper esos oxidados y corroídos barrotes, ¡logre entrar! El lugar era
asqueroso una mazmorra todo ese escenario, cuando me acercaba a él o a eso,
sentía tristeza, las lagrimas empezaron a brotarme, sentía una gran pena por
ver a alguien en ese estado, la lucecita que venia acompañándome empezó a dar
más luz, me quede sorprendido, mientras más sentía cosas por esa persona allí
la luz se encendía más, la tome, haciendo una pinza con mi dedo pulgar he
índice y dirigí su calida luz hacia donde estaba esta persona, me quede en ¡shock! Cuando vi su rostro,
era.. era.. ¡yo!
estando cerca de él, le
dije, ¡estas bien! ¡estas bien! Ya estoy aquí, abrió un ojo y seguido el otro,
¡hola! Me dijo, veniste hasta aquí, solo por mí, no estoy seguro le dije, pero ya
estoy aquí, como hago para que estés bien, pregunte, con una voz calida y baja
me dijo, ¡estoy muriendo! ¡ya no hay nada que hacer! Yo le decía con lagrimas
en mis ojos, no, no digas eso, siempre hay una luz, siempre hay algo que se
puede hacer, aquel reflejo mío me dijo, si yo muero tu mueres..
le pedí a Dios en ese
momento, con fuerza, subí mi mirada y le dije, sangre y silencio, este es el
costo de la vida de él, ayúdame ¡Padre! Que no se muera, por favor, danos una
oportunidad de conocernos, para en ese momento la luz era tan fuerte, que podía
ver todo lo que me rodeaba, escuche una voz en mi interior que decía, este
lugar horrible este lugar que ves, es tu mente, es tu interior, eres tú, al
dejar por olvido lo que realmente eres y llevas dentro, un espíritu lleno de
vida de cosas buenas eso eres y lo has olvidado, y que estas dejando morir una
vez que le diste vida a todo lo material, no te importo pensar en esa voz
interna que muchas veces te dice lo que realmente necesitas, pero simplemente
piensas que es un pensamiento nada más, tu infierno o tu cielo esta allí donde
tu pones tu mente y tu corazón..
Dios se que eres tú,
dame solo una ¡oportunidad por favor! Hágase tu voluntad y no la mía, ¡por
favor! ¡por favor! ….
A pesar de que su
vehiculo esta destrozado, él esta casi intacto, decían los bomberos en el
hospital, lo más interesante es que tiene una sonrisa en sus labios, ¡haaa!
¡haaa! Suspiro aquel joven, levantándose de esa camilla, tocándose con sus
manos su pecho, su cabeza y sus piernas, es un milagro decían todos al verlo,
por ver como se levantaba, y este joven dijo, es un milagro el levantarme
diario, es un milagro que este vivo, creo que es un milagro la vida que
llevamos adentro, cerré mis ojos en ese preciso momento, pude ver que esas
lucecitas que había dejado dentro de mí, habían crecido enormemente, que la luz
ayudo a sanar a mi reflejo interior ahora le llamo mi “otro YO” y ambos tenemos
que estar en paz, y esa unión es divinamente divina.
PENSAMIENTO:
¿Cómo estará Nuestra
persona interna?
-Paulo Roldan.