LA PUGNA DEL ODIO Y EL
AMOR:
Entre estos dos colosos estaba ¡yo!, encadenado con
la resignación en mis manos, creí que era el final de mí existencia ¡lo juro! estaba observando desde el
limbo, donde los gritos perdían fuerza, era imposible que alguien me ayudara,
¡ayúdame Dios! ¡ayúdame! Exclamaba con aquella fuerza...
Del otro lado del limbo se desata lo que nadie jamás
supo, lo que nadie jamás vio, lo que nadie alguna vez se haya imaginado…
Frente a frente la diferencia entre uno y otro era
considerable, cinco metros de altura con brazos gruesos, cabello gris humo; En
lugar de dedos espadas, en sus rodillas espinas filosas, por otra parte, el
otro media 2 metros a duras penas, cabello rubio, con un escudo y con muchas
ganas de ganar; El expulsar de una respiración profunda ¡Fuuu! ¡Fuuu! El tipo
alto se denominaba así mismo ODIL y
el otro el caballero Amor, el cruce
de las espadas sonaba ¡blimmm! ¡blim! Junto con los gritos de aquel caballero
¡jamás me rendiré! ¡jamás! El puño de ODIL parecía un martillo y de un solo
golpe arremete contra aquel discípulo del amor, el puño arrastrado golpeo con
tal fuerza que lo somete y lo sepulta en una piedra de un solo golpe ¡puujjj!
Al fin me dejaras de molestar caballero, grito aquel monstruo ¡seee! ¡he
ganado!...
De este lado del limbo es muy difícil hacer algo me
decía, ¿qué hago? ¿qué hago? Yo
con aquella pena, de lo que estaba observando, aunque no entendía con exactitud
del ¿por qué? De esa lucha a morir…
De entre esas piedras se escuchaba un murmullo muy a
lo lejos, con una voz quebradiza que decía ¡no puedo morir aquí! ¡no puedo!
ODIL confiado de que su golpe era infalible se retiraba del lugar, ¡cuando!...
¡nooo pueedo morirrr
aquiii! Las piedras se colapsaron en una
inminente explosión de fuerza de aquel caballero amor, la explosión fue tal,
que el paisaje empezó a cambiar, con su espada empuñada y con la mano que
sangraba de lo apretada que la sostenía le deja ir un sablazo con todo su
fascinante poder, el sonido de un trueno se escucho al momento del impacto,
¡pummm! el eco del estruendo fue ¡absurdo! Mordiendo los dientes aquel gigante
solo había retrocedido unos centímetros hacia atrás, aquel caballero no lo
podía creer…
ODIL con un manotazo mando a volar aquella espada de
espectacular calibre, escuchándose nada más el girar rompía el viento ¡Fiip!
¡Fiip! ¡Fiip! La espada se engarzo sobre lo alto de una montaña, el rostro de
aquel caballero representaba todo tipo de aflicción, ODIL no lo dudo ni por un
segundo ¡grrr! Extendió su brazo con sus dedos formando una excelente lanza que
atravesó el pecho de aquel caballero, rompiendo su armadura en dos, ODIL inflo
sus mejillas tomando una bocanada inmensa de aire y lo expulso en el rostro del
caballero pero en forma de fuego ¡fuuu! ¡fujjj! Haciendo añicos a su
adversario…
Sentí pena ya que yo no podía ayudar ¡yo! de este
lado tan solo me limitaba a observar y escuchar dicha masacre, agache mi cabeza
y cerré mis ojos, de repente escuchaba ¡ten paciencia! ¡ten paciencia! Yo con
las lagrimas y mi nariz sucia, con la voz apuñalada dije ¿y ahora que? …
Ten ¡fe! y aprenderás…
ODIL se sentó para recuperarse de tal semejante
ataque, con la respiración agitada, ¡hee! ¡hee! ¡hee! Abre los ojos con tal
asombro…
de aquellas cenizas que quedaban del caballero,
surge nuevamente la figura del afamado Paladín, ¡aun no he muerto! Se escucho,
y con una espada de fuego parte el cuerpo de ODIL pulverizándolo al instante,
aquel caballero volteo su mirada para el cielo como observándome a mí, cuando
de repente ¡yo! ya estaba a su par, él era fascinante, su mirada, su carisma,
su energía, se agacho poniéndose de rodillas como cuando un adulto habla con un
niño, y me dijo estas palabras que jamás tocaran final en mi mente, ¡El amor nunca muere, donde cenizas quede
de él!
PENSAMIENTO:
¡Aún no conocemos todas las facetas del amor!
-Paulo Roldan.
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