EL DESEO DE CAMBIARTE:
No conocían realmente
como él podía reaccionar, luego de tantas platicas de ayuda, él simplemente no
podía superar tantas inseguridades en si mismo indicaban los especialistas, que
después de pasar por momentos muy fuertes y varias enfermedades que lo llevo al
borde de la muerte, no tenia remedio alguno; muchos afirmaban que para él la
vida se le termino junto con su salud ya que vivía en hospital tras hospital…
Su familia lo llevo a un
lugar done había una Psicóloga muy reconocida su ultima ¡esperanza! era una
mujer sin igual, Laura se llamaba, la exitosa mujer nunca había le había dicho
¡no! A un caso, tenia tantos reconocimientos en su pared como consejos para
todas las situaciones, todos los pacientes que atendía luego de un par de meses
se mejoraban…
Eliseo era el nombre de
aquel personaje y pues luego de un par de meses, lograron hacer una cita con
tan prestigiosa experta...
Adelante en unos minutos
los atenderá la Psicóloga dijo la secretaria, el ambiente del consultorio era un tanto frío, con aquellos
cuadros de pinturas un tanto antiguas, la mayoría de personas desnudas o de
antiguas iglesias, con aquel fuerte olor a madera que caracteriza a uno de
estos lugares, Eliseo con su peculiaridad que lo caracterizaba dijo, ¡es una gran
perdida de tiempo esto! Ella esta muy ocupada como para atenderme, ¡adelante
dijo! Aquella mujer, callando las líneas de golpe de aquel tipo, desde el punto
de vista de Laura lo empieza a estudiar desde ya, ve a Eliseo, lo toma de la
mano y siente aquella electricidad ¡que la paraliza por unos segundos!
Reacciona y dice tome asiento Eliseo, entre cerrando la puerta con la palma
extendida le hace señas al acompañante de Eliseo para que los deje a solas, lo
ayuda a acostarse en las ya conocidas camillas de los Psicólogos, camina
alrededor de aquella camilla, el sonido de los tacones hacen eco en su oficina
y toma asiento rechinando la silla…
Hola Eliseo yo soy Laura
y quiero ayudarle en todo momento, esta usted dispuesto a cambiar pregunto ella
siendo un tanto directa, él con una mirada perdida dice ¡supongo! Ella dice,
haga de cuenta que usted es un animal en cautiverio y hoy ¡yo! voy a abrirle su
jaula, quiero que se relaje y que me platique de su vida, de usted y que tipo
de problemas lo agobian, Eliseo dice, que es lo que quiere ¡ver! En realidad, Ella
dice pues usted lo dijo la realidad, él se sienta con sus manos entrelazadas y
la cabeza viendo aquel reluciente piso, ¡que es la realidad! Pregunta, ella sin
titubear dice, es lo que capta nuestros sentidos y nuestro cerebro lo
interpreta, esa es la realidad, la sonrisa de Eliseo deja ver su imperfecta
dentadura, diciendo ¡esa es la realidad de muchos! Pero mía no, con cara de un
tanto confusa Laura pregunta, explíqueme cual es su realidad ¡entonces! mi realidad
es lo que trate de cambiar algún día sin siquiera entender en si que es, y lo
que usted me explica es la forma en que todos ven erróneamente al mundo, en si
para mi no existe una realidad, usted me ve y me analiza desde un punto de
vista psicológico tratando de entender lo que yo siento, en base a sus “test”
de personalidad, pero en su realidad no cabe la idea de ayudarme más allá de lo
que ayudaría a un paciente, estoy en lo correcto o me puede corregir, ella con
el borrador del lápiz en la boca dice ¡si! Tiene razón, pero la ciencia apoya
muchas teorías con la cual yo como psicóloga puedo ayudarle a que usted sea una
persona mejor, Licenciada con todo respeto dígame usted, que es ser ¿una mejor
persona?...
Pues es tener salud, un
trabajo, dinero, una casa donde vivir, y pues tener a sus hijos y a estos
brindarle lo necesario para que lleguen a ser mejor o igual que usted, Eliseo
dice, ¿porque? Hay que pensar en que ser mejor es llegar a tener más o ser
mejor que ¡alguien! Cada persona esta hecha con lo mismo, cada persona debe de
tener o gozar con los mismos derechos, no hay mejor ni peor, Laura dice un
tanto exaltada, ¡pero las creencias! Nos hacen pensar diferente, y pues hay
personas que no quieren superarse en la vida, ¿por que? Debería de tener lo
mismo que ¡yo! un miserable ladrón dijo ella, las religiones son una forma de
manipular lo que realmente ¡los maestros! Han querido para nosotros, pero en
realidad el ¡amor! Debería de ser la religión universal decía Eliseo con gran
énfasis, pensamos tanto en lo que Dios piensa de nosotros que nos olvidamos de
hacer lo que a Dios le gustaría que hiciéramos, ¡amarnos! Unos a otros, todo es
tan material, vemos lo que queremos ver, Laura un tanta conmocionada se ajusta
las gafas, y dice Eliseo pero véase usted, enfermo, sin ánimos de vivir, y
haciendo pasar penas a su familia, eso no es de ¡Dios! Mire Licenciada mi
aspecto le dice lo contrario a lo que yo siento, usted me ve enfermo, ¿por qué?
Quiero entender a la enfermedad, al parecer no tengo ánimos de vivir, por que
quiero ser un ejemplo a no seguir y así generar un cambio no todo lo que brilla
es oro licenciada; para mi familia que hace mucho tiempo no a estado unida, y
hasta ahora que yo estoy en esta ¡condición! se han vuelto a unir por ayudarme,
y es una de las lecciones que yo estoy tratando de enseñar. y al verme se que piensan ¡yo! no quier
terminar así, cuando sea ¡viejo! Por eso Licenciada yo estoy haciendo este
sacrificio, de ayudar con mi vida, a muchas personas, con mi forma de pensar y
entender, irónicamente he escuchado decir que para navidad se siente la paz,
¡yo no tengo paz! Me dije, porque veo muchos niños sin comer, gente predicando
por dinero, ¡que paz! Es ¡esa!, Eliseo pregunta Laura dígame usted tiene ¿paz?
Usted es ¿feliz? Usted conoce la ¿libertad? La licenciada contesta como
contando sus palabras ¡eso creo! Laura reacciones por favor, analice no con sus
sentidos, si no con su mente y corazón, no somos un cuerpo un alma un espíritu,
somos una alma viviendo en un cuerpo con espíritu, al principio le dije que
quería cambiar mi realidad sin nisiquiera entenderla y ese mi querida
licenciada es el problema, tratar de cambiar algo que no comprendemos, ¡yo!
solo quiero ayudarle a que usted vea no con sus ojos si no que con su interior,
para que logre cambiar y que se pregunte que es ¿la realidad en la que vivimos?
En la que ¡uno vive! Eliseo usted tiene razón dijo ella, muchas veces uno vive
para ¡nada! Y hacemos de Dios un libro de quejas, nada más, que gusto me da
saber que hay alguien que nos puede enseñar algo nuevo, gracias Eliseo
¡gracias! Replicaba la famosa licenciada, con un suspiro de paz, aquel anciano
quedo tendido en aquella camilla y no pudo despertar, por que su fin era dar la
vida por ¡ayudar! Y tan siquiera cambiar a alguien.
Pensamiento:
Si aceptamos nuestra
verdadera realidad habrá un cambio interesante en uno mismo, la pregunta seria ¿estas
listo para entender y aceptar la realidad?
-Paulo
Roldan.
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