martes, 8 de octubre de 2013

EL REGALO FUNESTO


EL REGALO FUNESTO:
Juan y Miguel eran hermanos inseparables, mellizos, que redondeaban entre los siete años, vivían en las lejanías de la ciudad, nada fuera de lo común, con personalidades como cualquier niño o como cualquiera que lea esta historia; Lo que llego a cambiar sus vidas fue nada más y nada menos que un regalo, un día asoleado salieron al bosque a investigar, los infantes no sabían que ese día, iba a ser inolvidable para ambos, llegaron a un árbol de Limón, era grande como ningún otro en su clase ¡huaa! Dijeron ambos al ver semejante árbol, Juan que era más curioso que Miguel se empezó a trepar al árbol a como podía, ¡con cuidado! Gritaba Miguel, ¡yo se lo que hago! Decía Juan, él quería tomar a como diera lugar un limón, pero no cualquier limón él quería el más grande, el mejor de todos y con las yemas de los dedos logro acariciar aquel anhelado fruto, ¡casi! ¡ya casi! se decía aquel niño y desde allá abajo la voz de Miguel ¡cooon cuidaaaadooo! ¡Juan! ¡ya se! Dijo viendo hacia abajo, se mareo de repente, logrando arrancar el limón de un golpe, y cayendo sin remedio alguno al inminente suelo, ¡plumm! ¡guun! Fue lo ultimo que se escucho, los dos niños en el suelo, uno encima de otro, ¡hacete a un lado! Levantándose a duras penas y sacudiéndose el polvo de las ropas ¿y el hermoso limón?, ahora yace partido a la mitad, pero de su interior salio un reloj de bolsillo, era color dorado muy ¡llamativo! Juan pego un brinco y recogió aquel extraño aparatejo, Miguel le dijo quiero ¡ver! y Juan se lo mostró tan solo de lejos, ¡es mío! Dijo, empujando a su hermano por un hombro, se regresaron ambos a la casa, Miguel por dentro pues se sentía triste y dijo, ¿y si yo hubiera subido primero?, ¿y si el reloj hubiera sido mío?  Tantas preguntas que se soltaba en su interior aquel niño, por lo contrario a Juan, él no paraba de ver el reloj, le fascinaba limpiarlo, veía la hora a cada minuto, a cada instante eran inseparables él y su reloj, por razones que se desconocen, el famoso reloj no solo marcaba la hora, si no que también la distancia entre los hermanos…
Luego de un buen tiempo ambos hermanos se reunieron de nuevo, y el asombro fue más grande que cuando los hermanos encontraron aquel objeto valioso, Miguel ya todo un hombre se conservaba con una apariencia juvenil, caso contrario a Juan, ya con canas y un tanto demacrado por la vida, Miguel al ver esto abrazo a su hermano, ¡que te paso! Le dijo, ¡que te paso! Juan con una mirada perdida y rodándole unas lagrimas en el rostro dijo, ¡yo! siempre estuve pendiente de la hora, del tiempo, fui conciente de cada minuto vivido y sufrí el stress del pasar de los años, caso contrario a ti hermano que veo que nunca usaste un Reloj.

PENSAMIENTO:
El tiempo existe en la mente de quien lo necesita, el tiempo te puede llegar a hacer victima de él, si le damos demasiada importancia.

                                                                                                                           -Paulo Roldan.

1 comentario:

Unknown dijo...

Total Agree contigo.. Muchas veces se presta mayor atención a las cosas materiales o superficiales y se alejan a las cosas buenas las que realmente valen la pena por la cual seguir con sonrisas del día a día.!!! las que te haran apoyo en algun momento de la vida, lo material se acaba lo verdadero siempre permanece.! Nice tu tema.!

Entre lineas va el mensaje!

¡Entre líneas va el mensaje! No recuerdo que se siente con exactitud, ya han pasado muchas lunas y tu recuerdo se desvanece, el tiempo borra...