CON LOS OJOS DE DIOS

CON LOS OJOS DE DIOS:

Creo que muchas veces termino escribiendo por puro gusto al arte, pero me doy cuenta que al hacerlo así no transmito lo que realmente yo llevo a dentro y me pregunte donde puedo encontrar la famosa ¡inspiración! ..

es cuestión de enfoque supongo ósea de cómo vemos las cosas me dije el otro día, pensando en como dejar de pensar..

Me senté en un parque infantil luego de caminar por allí por unas horas, obviamente encontré muchos niños haciendo escándalo con sus gritos y dije aquí no creo que haya mucha inspiración; pero igual me agrada mucho ver como los niños pueden imaginar a tal grado de olvidarse de la misma realidad.

De pronto que se me acerca una de estas personitas y me pregunta si ¡yo! quería jugar, me sonreí y le dije creo que estoy un poco mayor para eso; el niño se me quedo viendo con ojos de “no se que dices” me tomo de la mano y me jalo literalmente al campo de juego.

En mi mente dije bueno que más da, eran como cinco niños aquellos, alrededor de tres a cuatro años de edad, gritaban y extendían sus manos como imitando a su súper héroe favorito; se me quedaban viendo raro, como diciendo porque yo no hacia lo mismo, uno de ellos se acerco a mi, me dijo usa estos anteojos, te ayudaran mucho, yo los tome observando que pues no tenían en lo absoluto nada de extraordinario, me los puse, sintiéndome un tanto raro, los lentes eran traslucidos no tenían vidrio alguno, pero en un momento me deje llevar, me salio decir un “siiii” y corrí sin parar, les dije síganme yo los ¡guiare! ¡vamos gritaron los niños! Corrimos sin parar, brincamos sin parar, vi a uno de ellos que se tropezó, cayendo al suelo de forma un tanto ¡escandalosa!

yo asombrado del golpe, pensé que allí terminaría mi día de acción, los demás chicos se le acercaron a él y le decían ¡no paso nada! ¡no paso nada! Levántate, automáticamente el pequeño súper héroe se levanto sacudiéndose la ropa, con una sonrisa insuperable, por mi mente paso “cuando nosotros los adultos nos caemos, lloramos sin parar, maldecimos, nos enfadamos y en muchos casos no aceptamos la ayuda” en un segundo me alcanzaron yo grite de emoción como que nada hubiera pasado, corrimos todos y llegamos a otro lugar, donde nos sentamos en la grama, riéndonos sin explicación alguna,  lo que yo pensaba en ese momento era “la mejor forma de combatir tanto estrés es riéndonos de él” uno de ellos me miro fijamente y me dijo ¿quién eres tu? Yo en un momento no sabia que decirle, no sabia si decirle soy un adulto jugando a ser niño, o decirle soy un abogado distinguido para impresionarlo, me abrazo y me dijo que súper héroe ¿eres tu? Creo que ninguna de mis dos respuestas las iba a entender “pensé nuevamente, los adultos siempre queremos ser algo o alguien para impresionar” le respondí al pequeño niño soy un súper héroe desconocido, el niño me dijo cuando sea grande quiero ser como ¡tu! En ese preciso momento mi corazón se detuvo por unos segundos, inhale profundamente, en mi mente paso “ellos me ven sin ningún prejuicio” solo le dije gracias, no me había percatado de la hora y vi mi reloj, marcaba un cuarto para las tres, había estado jugando más de una hora, pero para esos niños había sido un par de minutos, pensé “yo tengo conciencia del tiempo y esto hace que yo me preocupe” en tanto ellos no saben que es eso y viven sin preocuparse de la hora, me quite los lentes prestados, y los devolví, me despidieron agitando las palmas de sus manos sin parar, como despidiendo a alguien muy especial, que vuelvas me gritaron, yo voltee y dije por su puesto lo hare.

PENSAMIENTO:

Con los ojos de Dios ve la inocencia, tanta razón tenia el maestro en decir, que hay que ser como un niño para entrar al reino de los cielos, todos podemos ver de nuevo así, no poniendo prejuicios en lo que vemos, no diciendo vi una flor y es bonita o fea, tan solo digamos vi una flor como tal, esto hace que veamos las cosas con un sentido único, el del amor aceptándola tal y como es en este espacio tiempo.

-Paulo Roldan.