Un
cuento real
Había
una vez, un papá oso muy peculiar, su pelaje era esponjado y de
muchos colores como un arcoíris, mamá osa se caracterizaba por
cuidar muy, pero muy bien a sus oseznos (así se les llaman a los
hijos de los osos) los pequeños osos eran tres, una osita mayor un
osito alfa y una osita que estaba en parvulitos, un día los ositos y
su mamá tenían que mudarse a una ciudad un tanto lejos porqué era
momento de hacer un cambio, un “buen cambio” aunque ese cambio
tuviera que separar a los papas osos por unos días, los oseznos se
sintieron tristes y pensaron que era algo malo y uno de ellos dijo
¡te vamos a extrañar! Y nos pondremos tristes por eso, la mamá osa
afirmo los mismo con un suspiro, el papá oso pidió un abrazo
familiar y esto les explicó, los cambios siempre son buenos, y si el
universo que es inmenso está cambiando a cada segundo, también
nosotros tenemos que cambiar es algo natural, como cuando una oruga
cambia en su metamorfosis y se vuelve una mariposa chula y no se
preocupen que yo siempre estoy con ustedes todos los días pues cada
uno lleva un color de mi arcoíris, los oseznos se vieron unos a
otros y eran de colores diferentes, la primera osita era de color
celeste, el osito alfa era azul, y la osita pequeña era rosa, y
luego vieron a su papá y se dieron cuenta que él tenía todos los
colores del arcoíris incluyendo los de ellos, entonces eso
significa que somos familia ya que siempre estamos juntos aunque
estemos separados, la mamá osa dijo también algo, ¡los amo mucho!
A todos, y se dieron un enorme abrazo y cada vez que hacen eso a papá
oso le llega un sentimiento de felicidad por su familia y colorín
colorado este cuento se ha acabado.
Paulo
Roldán
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