CONFESIONES DE LA CALLE
En
un barrio muy pobre de Guatemala, allá por la década de los Noventa, conocí muy de cerca la realidad que
para muchos seria algo imposible de vivir, quiero aclarar que lo escrito aquí
contiene algo de ficción que se pierde con la realidad de una vida, soy Vividor
de sueños y esta es la historia…
En
el sexto grado de una escuelita la maestra pasaba lista, como es de costumbre
en cualquier casa de estudios, Ángel Danilo, presente maestra, Aurelio Samayoa,
presente maestra, Luis Santiago, presente maestra, Laura lucia, laura lucia
repitió la maestra, al unísono de varios amiguitos se escucho ¡no vino maestra!
Con aquellas risas al fondo, y porque no vendría? dijo ella, Ángel contesto
--escuche que su mamá esta enferma dijo aquel patojito-- bueno espero que
alguien que viva cerca de ella le preste sus cuadernos para que se ponga al
día, ¡muy bien dijeron aquellos niños!
12:45
del medio día, tocaron la campana para salir y aquellos patojitos se juntaban
en el patio para jugar con una pelota de plástico, Ángel era el que los reunía
a todos, y les hablaba con un tono de mando y esto decía --pilas pues mucha,
háganme caso ¡pues! Hagamos dos “equipines” de cuatro--, ¡vivo pues! Gritaban
los demás, la algarabía de todos
era inmensa; la inocencia de la infancia hasta cierto punto es especial, ya que
son tan solo niñitos con sueños como todos nosotros los tuvimos algún día a esa
edad, siempre hay grupitos de amigos y en este caso Ángel, Aurelio, Luis y Lura
eran inseparables, todos tenían algo en común, tenían problemas en su casa,
papás o mamás ebrios, o con alguna adicción, hermanos con problemas con la ley,
en fin realidades que no solo en los barrios bajos se ven….
Saliendo
del sexto primaria, Angelito tuvo la oportunidad de irse de mojado al norte con
su hermano mayor, que la ley le buscaba por robo a mano armada y uso de
estupefacientes, ¡firmita aquella! Por otra parte la mamá de Ángel decía ¡haa!
Mi patojito que pues sabiendo que no le podía dar algo bueno acá en “Guate”
decidió mandarlo a buscar el sueño americano, chillando por la noche juntando
las cositas del patojo, que no eran muchas, un par de camisitas unos calcetines
dos calzoncillos, rodándole las lagrimas por las mejillas y limpiándose la
nariz de un suspiro de soledad, deja entre las ropitas del patojito una foto de
ellos tres juntos, Ramón, angelito y ella, la impotencia que sintió aquella
madre que sabia que de lavar ajeno no podía sacar adelante a los patojos.
Después de 5 años…
Oakland
(California), Ramón el hermano mayor de Angelito, apareció en los encabezados
de varios periódicos, con este titulo, “falleció vilmente a balazos en el intento de un robo” Angelito que trabajaba vendiendo
revistas en un quiosco no tenia familia ni papeles que lo identificaran era un
don nadie en el Norte y un mojado para los de “Guate”, desayunaba un “hot dog”
(perro caliente) y almorzaba unas “French fries” (papas fritas) llevaba unos
cuantos dólares para compartir con su hermano como todas las noches, dormían
debajo de algún puente, o donde los dejaran pasar la noche, ese día Angelito
estuvo esperando a su hermano Ramón toda la noche y nunca se asomo, se dio
cuenta lo que había pasado al otro día cuando vio los “News” (periódicos) de la
tragedia aquella, lloraba, lloraba, sin ningún consuelo, veía la foto de su
mamita y su hermano ahora ya muerto, que voy hacer --se decía a si mismo-- que voy hacer, llorando y suspirando
por aquel hermano perdido…
Sobrevivir
se volvió en su credo, la foto de su familia se la dibujo en el pecho para
llevarla toda su vida, las heridas son sus victorias ahora…
8
años después regresa a Guatemala..
regresa
no por que quiso si no por que lo deportaron solo que Angelito ahora se ve muy
cambiando no solo por dentro también por fuera, camisa floja pantalones cholos gorra
cruzada y en toda su piel signos y caras, en su frente decía “Ms 13” en su
pecho “la cara de su mama y su hermano” en su estomago y costados “telarañas” y
letras que dicen “maldito seas” en su espalda y cuello “un rosario” brazos y
piernas “símbolos raros como señas con las manos” a un costado de sus ojos
“lagrimas” a un costado de su boca “sangre” y con un nombre diferente “El smiley”.
7
meses después en Guatemala
los periódicos también tienen
de que hablar sobre este “Angelito”
Atribuyen ataques de hoy a pandillero conocido como
“el Smiley”,
El ministro de defensa de la ciudad, dió a conocer en
rueda de prensa que están en busca de un pandillero llamado Ángel Danilo, apodado “el Smiley”, a
quien atribuyen buena parte de los crímenes cometidos en los últimos
días. El ministro indicó que en varias ocasiones, después de cometidos
los ataques contra pilotos, han conocido de mensajes que el pandillero ha
enviado, haciendo saber a los extorsionados que deben hacer el pago de la
extorsión a los pandilleros que dirige.
Luego unas investigaciones
Ángel Danilo cae ante la justicia y en su interrogatorio del juez de primera
instancia, esto contesta:
1.
Ángel Danilo usted sabe
porque? Usted esta acá.
No, no lo ¡se!
2.
¿Qué pasa por su mente cuando
usted comete un crimen o mata a alguien?
Fríamente
contesta lo siguiente, nada no se siento nada, a todo se acostumbra uno, a
matar, a lo que sea.
3.
¿ya lo habían apresado con
anterioridad alguna patrulla de la policía civil?
¡si!
Varias veces, todos los “tiras” tienen un precio, yo siempre tengo un “oreja”
que me cuenta todo, les solté 500 “varas” y me dejaron libre.
4.
¿Quién es su jefe o quien le
da las ordenes a usted?
Con
una “risa” perdida, pero hasta cierto punto como algo normal no duda en decir
“el diablo”.
Fue condenado a 5 años y
enviado a una prisión en Chimaltenango, pero desde ese lugar hacia extorsiones,
después al centro preventivo pavoncito donde salio por buen comportamiento, al
salir tomo el control de la colonia 1ro de julio donde se refugiaba en
cualquiera de las casas y empezó a reclutar a jóvenes para realizar sus
fechorías, murió después de unos meses
las causas aún se desconocen, solo creen haber recocido su tórax envuelto en
una bolsa en uno de los basureros de la ciudad de Guatemala.
Pensamiento:
La ambición puede ser una
perdición no solo para un antisocial como Ángel, también para alguien
relativamente normal.
Paulo Roldan
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