VENDEDOR DE
NADA:
A aprendiz de todo maestro de nada, Jamás
comprendido, de ideales sin base, persona que no tiene cavidad en la tierra,
representante de la nada, este era el puesto que desempeñe en el limbo.
trabaje vendiendo sinceridad, las puertas caminaban para que yo las tocara y les
ofreciera mi producto, con tiempo de sobra para platicarles sobre lo que vendía,
esto les decía, no lo lleve no lo lleve, no lo compre, no lo compre, la
sinceridad no tiene precio ni se compra en cualquier lado.
al final había sido tan sincero que el éxito
me acompañaba siempre, por la noche la luz majestuosa de la luna hacia que
pensara que mas podía vender…
por la mañana revise mi maleta vacía y saque
un poco de respeto, y me dije hoy
voy a vender un poco de esto, camine para atrás por dos tiempos y pues me
encontró alguien, que no me hablo que me ignoro, que se porto descortés, que
pensaba todo lo contrario a lo que yo pensaba, me le quede viendo y use lo que
iba a vender en mi y esto fue lo que vi, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo,
respetar es aprender del que no entiendes.
Hablar sin voz parece perfecto para no buscar
palabras correctas y lograr vender lo que no me sobra, la amistad, dejando de pensar por un rato me busco una idea, para
cómo hacerme pobre y tener amigos reales, y pues esto fue lo que nunca imagine,
la amistad no tiene precio, y para que quiero vender algo que muchos le ponen
precio, y lo que hice fue obsequiarla a los que no conozco, y ahora tengo
tantas amistades sin que le haya puesto un rotulo de oferta.
Encontré entre mis olvidos la bondad, y dije definitivamente esto
se venderá como pan frío, y la saque toda tras de mí, puse un rotulo súper
pequeño, algo un tanto discreto, que decía así, precio a la venta no
competitivo, la única forma de llevarte esto es sabiendo que dentro de cada uno
ya existe este producto y no tiene fecha de caducidad.
Al final puse atención al olvido y escuche
una voz que pensaba y esto me dijo..
Para vivir hay que morir (Mateo 16:25), palabras sin sentido para un mundo material que no
tiene sentido para mi.
Pensamiento:
No le digas a
Dios cuan grande es tu problema, dile al problema que tan grande es Dios, un
simple rotulo en un bus me hace pensar que alguna vez necesitamos vivir al
revés, como el protagonista de mi historia para entender mejor lo que vivimos y
entender el otro lado de la medalla.
Paulo Roldan.
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