¡El
grito!
Debajo de un día
nublado y lluvioso camine hacia aquel parque que tenía una pequeña palmera, la
sombra que daba en los días soleados era casi mínima pero igual servía para no
mojarme tanto, metí las manos entre las bolsas de mi pantalón, de momento sentí
que vibraba mi teléfono celular, vi que era un mensaje de texto, “hola” decía
aquel mensajito, no tenía registrado ese número, <que raro me dije> lo
ignore realmente ya que había frio y pues la lluvia no se calmaba, <pensé me
voy a cruzar la calle> al brincar el charco frente a mí, tropecé ya que se
me resbaló el pie de apoyo al brincar…
Obscuridad, luces
titilantes, sonidos extraños, voces…
Una radio patrulla
con la sirena a todo “pulmón”, yo en aquel lugar casi muerto, pero no venían
por mí, me levante con la rapidez de un gato, y logre ver que un par de
personas en lo que me estaba limpiando y sacudiendo, que estaban discutiendo y
pues la policía venia directamente hacia ellos, camine a tomar el bus, sin
prestarle atención a nada más que revisar mis pertenecías tocándome todo, saque
un cigarrillo lo prendí y vuelvo a ver mi celular, otro mensaje, si, del mismo
número, lo abrí, “si hubieses contestado el primer mensaje no te hubieras
caído” abrí los ojos casi rompiendo mis orbitas de tal asombro, me tembló todo,
conteste el mensaje “no fue posible enviar el mensaje” ¡joder! Me quede sin
saldo, el bus se acercaba rápido, <que hago dije, voy a comprar saldo y me
mojo otro poco, o me voy y no me quito la duda de quién me mando esos
menajes> quiero una recarga ¡porfa! de a Q5, dije al tendero, respondí el
mensaje de inmediato, “¿quién sos?” puse, luego de unos minutos, recibí otro
mensaje cuando iba ya en el bus para mi casa, mi reacción fue rara esta vez,
tuve miedo, me baje de ese bus en estado “zombi” me senté en la primera
banqueta que vi, ¡vomite! Temblé de tanto miedo, ¡llore como un niño perdido!
Las manos me temblaban a tal manera que la gente creo empezó a verme raro, el
mensaje decía “soy tu otro yÓ, y desde que leíste este mensaje estas muerto”…
Al otro día, la
noticia de la mañana era “el día de ayer de un golpe en el cráneo falleció un
muchacho en un resbalón”…
El mensaje venia
de una dimensión diferente, venia directamente de la persona que se tropezó y
cayó al suelo, no siguió sus instintos de contestar el mensaje, la advertencia
era clara, la mente frena el deseo del alma, hace que pierda fuerza, la mente
somete al cuerpo y el alma se pierde en lo profundo de los pensamientos, las
palabras son producidas por el cuerpo guiadas por la mente, los sentimientos
hacen que el cuerpo sienta y no hable, hace que el cuerpo camine y no tropiece,
con un nudo en la garganta hoy este personaje lo aprendió, seguramente en otra
vida será él el que mande el mensaje y no el que lo reciba…
Pensamiento
Pensé morir cuando
te alejabas de mí, luego grite para que me escucharas, y volteaste, nunca es
tarde y siempre hay una opción en la vida para darnos cuenta que el espíritu
nos grita nos habla de mil maneras que la mente aún no contempla.
Paulo Roldán.
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